ANGED,
la patronal de grandes almacenes ha puesto el dedo en la llaga. Uno
de sus portavoces ha declarado en la mesa negociadora, que la jornada
laboral (la más alta de los convenios) forma parte del ADN de los
kurrelas del sector. Es decir, que las plantillas que trabajamos en
Grandes Almacenes tenemos grabado y asumido genéticamente trabajar
esas horas y por lo tanto para qué van a reducir la jornada.
Es
de suponer que este vocero de la patronal se hace eco de las ideas y
pretensiones de las direcciones de cada una de las empresas de la
Anged y por extensión, trasladan la idea al resto de condiciones
laborables, incluido las económicas.
Piensan
que nuestro código genético asume cobrar salarios de miseria que no
nos permiten acceder a la compra de una vivienda, cubrir gastos de
educación de nuestros hijos e hijas, acceder a la salud privada que
no cubre la sanidad pública y nos obligan a saquear las neveras de
nuestros “viejos”. Cubrir de forma digna esas necesidades, es
solo un privilegio reservado para ellos y para los que ellos decidan.
Han puesto fecha de caducidad a los derechos de trabajadores y
trabajadoras, convirtiéndolos en privilegios. ¡Serán cabrones! Si
nos llamaran tontos, no sería tan grave.
No se conforman con explotarnos sino que además declaran que lo hacen con nuestro consentimiento genético. No les basta con darnos en el morro de nuestros derechos sino que además piensan que somos masocas y nos gustan sus hostias. Saquean nuestros derechos laborales y desprecian nuestra dignidad.
No se conforman con explotarnos sino que además declaran que lo hacen con nuestro consentimiento genético. No les basta con darnos en el morro de nuestros derechos sino que además piensan que somos masocas y nos gustan sus hostias. Saquean nuestros derechos laborales y desprecian nuestra dignidad.
Las tesis e intereses patronales se imponen con el apoyo de Gobierno y del amarillismo sindical. Parece como si aún estuviéramos en épocas de la dictadura en la que campaban a sus anchas. Igual es que hemos vuelto a una Dictadura, la del capital. Igual es que nunca hemos dejado de estar bajo sus dictados.
Sólo
les falta decir que nuestro ADN asume la pobreza como algo intrínseco
a nuestro papel social. Clase trabajadora= pobreza.
Alguien
debería responder a sus insultos. Alguien debería responder a su
agresión. Sin duda las personas que trabajamos en Grandes Almacenes,
deberíamos de responder, porque aquí el que calla otorga y si no
respondemos, daremos por bueno que ANGED está en lo cierto, que
nuestro ADN está codificado por ellos, que está a la venta en
cualquiera de sus outles, que nuestro ADN incluye asumir un papel
residual, el que las empresas nos otorguen en cada momento.
Un
Convenio laboral es algo convenido entre dos partes, los empresarios
por un lado y las trabajadoras y trabajadores por otro. Si la
patronal decide las modificaciones, no es un Convenio, si los
sindicatos amarillos lo apoyan, tampoco. Esos, los amarillos, son los
tentáculos de la patronal que asumen el papel de transformar el
código genético reivindicativo de la clase trabajadora, por un
código genético, un ADN como el que el vocero de ANGED pretende y
señala: sumiso, dócil, manejable, títere, insolidario,
individualista, masoquista,….
Hay que decidir. ¿Cuál es tu ADN? ¿Asumes como la patronal pretende la reducción de tus derechos porque estas programado genéticamente para ello? O por el contrario ¿Estás dispuesto a responder a sus agresiones y defender la mejora de tus derechos de vida y trabajo?
El
próximo 24, hay una nueva reunión de la mesa del Convenio Colectivo
en Madrid, y nuevamente, LAB volverá a plasmar la necesidad de traer
la negociación a donde nosotras y nosotros trabajamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario